domingo, 31 de mayo de 2009

BEYONCÉ EN ESPAÑA

Al son del famoso Crazy in love, con un ceñido y brillante traje muy "a lo Beyoncé" y envuelta en humo apareció en el escenario la llamada Cleopatra del pop precedida de los gritos nada contenidos de un público entregado desde el primer minuto. Después, vientos, luces y un sonido atronador, siempre acompañados con la excepcional voz en directo de la gran diva y su espectacular banda dieron comienzo a una velada única como las que suele brindar la cantante.
Esperadísimo era este concierto en la capital y la artista no defraudó en absoluto. Dos docenas de canciones más remixes e interludios musicales, más de 120 minutos de Espectáculo -con mayúsculas-, y ocho cambios de vestuario -impecable trabajo de Thierry Mugler- fueron algunos de los detalles de este concierto patrocinado por Los 40 Principales.
Dicen que es una de las grandes de R&B, pero ayer también dio clases magistrales de otros géneros. Estuvo rockera con Crazy in love y Naughty Girl y se marcó baladones como Broken hearted girl o Ave Maria. Por su puesto en el repertorio no faltó Hello, su canción favorita según sus propias palabras, ni bastantes de los temas de su último trabajo I'm... Sasha Fierce.
En el apartado de sorpresas musicales del show podemos destacar la versión que hizo del temazo de la canadiense Alanis Morrisette, You ought know o el habitual remember de su etapa con las Destiny's Child, interpretando del exitoso Say my name y recordando en algunas fases e intermedios algunas otras como el aclamado Survivor.
Como no podía ser de otra manera tratándose de una megaestrella norteamericana, lo musical no es lo único importante para el espectáculo, ya que lo visual acaba acaparando la mayor parte de la atención del público en algunos momentos. Un videowall gigante proyectó a lo largo del concierto imágenes y vídeos exclusivos de la gran diva, como uno muy aplaudido en el que se la veía bailando y cantando de pequeña. Y para colmo, imitando alguna de mas más míticas performances de Michael Jackson, se atrevió incluso en mitad del concierto a cantar sujeta de unos arneses a unos 15 metros de altura, mientras avanzaba por encima de las cabezas de sus miles de seguidores para luego aterrizar en una plataforma situada en el medio de la pista del Palacio de Deportes.
Sin embargo lo más sorprendente del concierto, si dejamos de lado la revolución que la música y lo visual provocaban en las hormonas tanto en ellas como en ellos, fueron los sinceros speeches de Beyoncé en defensa de la mujer y la feminidad, que no feminismo. Reflejo de esto son desde su habitual banda compuesta por diez mujeres y tres coristas hasta la interpretación de canciones con gran intencionalidad como Me, myself and I.
Tras su paso por Madrid, el huracán Beyoncé actuará esta noche en la ciudad de Barcelona, donde a buen seguro aterrizará con la misma fuerza y garra que en todas sus actuaciones.

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